LA MUJER QUE YO QUIERO
La mujer que yo quiero no necesita
bañarse cada noche en agua bendita.
Tiene muchos defectos, dice mi madre,
y demasiados huesos, dice mi padre.
Pero ella es más verdad que el pan y la tierra.
Mi amor es un amor de antes de la guerra.
Para saberlo
la mujer que yo quiero no necesita
deshojar cada noche una margarita.
La mujer que yo quiero es fruta jugosa
prendida en mi alma como si cualquier cosa.
Con ella quieren dármela mis amigos
y se amargan la vida mis enemigos.
Porque sin querer tú te envuelve su arrullo
y contra su calor se pierde el orgullo
y la vergüenza.
La mujer que yo quiero es fruta jugosa
madurando feliz, dulce y vanidosa.
La mujer que yo quiero me ató a su yunta
para sembrar la tierra de punta a punta
de un amor que nos habla con voz de sabio
y tiene de mujer la piel y los labios.
Son todos suyos mis compañeros de antes;
mi perro, mi Scalextric y mis amantes.
Pobre Juanito.
La mujer que yo quiero me ató a su yunta;
pero, por favor, no se lo digas nunca.