La gira de celebración de los 50 años de carrera de Joan Manuel Serrat está llena de momentos inolvidables y emoción. Cada uno de los conciertos representa un reto y una recompensa. Como por ejemplo actuar en un escenario como el Olympia Hall de Paris, que entraña ciertos simbolismos – por mítico del lugar – que no escapan a los medios.
Así es como la prensa lo retransmitió. Y así es como el público y el cantante lo vivió. Con las entradas agotadas, Serrat cautivó una vez más en momentos entrañables, mientras las luces rojas adornaban la fachada del teatro con su nombre y al acabar la gente salía satisfecha, casi incrédula, mencionando el rato de música vivido como poco, como «histórico».
Mil gracias a todos.
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