Empieza hablando del amor que siente por el calor, el agua y el mar, y termina relatando como las pequeñas cosas son las que nos hacen felices cada día, como el sol y la posibilidad de poder disfrutar de lo que te ofrece la vida. Así es el verano permanente de Joan Manuel Serrat, de inicio a final.
Aunque entre estos inicio y final comente otros aspectos menos placenteros, léase el exilio, la situación del país o el miedo que considera tanto daño está haciendo a nuestra sociedad, Serrat desgrana emotividad y serenidad positiva en esta entrevista, en la que, con motivo de la conmemoración de sus 50 años de carrera, repasa su infancia, sus recuerdos, sus inicios como artista, y las vivencias con sus padres. Esas que, junto a todo lo que ha vivido en la vida – nada demasiado dramático, reflexiona -, han dado como resultado ser quien es.
La reconstrucción de un pasado en el que ha sido feliz, y nos ha hecho felices, y que ahora reúne, como un mosaico de vida, en 50 canciones, 50 relatos, y una gira mundial para celebrar medio siglo de canción.
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