Veo que hace poco Ana y Dama hablaban de la libertad. Hoy os dejo una canción preciosa y genialmente construida, una alegoría a la libertad que Salvatore Adamo compuso y dedicó a un amigo suyo, periodista español, en tiempos de la dictadura franquista.
Hay varios videoclips de este tema en Youtube pero he elegido un montaje que hace ya años me impactó por la fuerza de sus imágenes, a mí de que pintura entiendo -10.
http://www.youtube.com/watch?v=_s2_w6jKjlM
Os dejo también mi traducción de la letra de esta canción. Otro día volveré con más canciones de un Adamo distinto del más conocido : comprometido, irónico, divertido, lejos del habitual romántico que conocemos.
MANUEL
Dime árbol, amigo mío,
¿has visto a Manuel?
Le vi el otro domingo
soltando palomas blancas
en las narices de los gendarmes
que le creían loco.
Se arremangó,
anudó su cuerda a mi rama
y se la pasó por el cuello.
Los gendarmes se reían mucho.
Pero, para su disgusto,
yo, el roble centenario,
me doblé como una caña
para que sus pies tocasen el suelo.
Pero, pregúntale al río
si en él no se ahogó.
Río,
¿has visto a Manuel?
Él me confió su plegaria.
Besó su tierra.
El sol indiferente brillaba en lo alto.
Escogió una piedra,
se la ató en bandolera y
se arrojó al agua.
Pero yo me transformé en barco
porque quería que él viviese.
Quería que me siguiese.
Y lejos de tierras cautivas
le deposité en mi orilla.
Pero, pregúntale a la montaña
si no se despeñó.
Montaña,
¿has visto a Manuel?
Él trepó hasta mi cima
para clamar por todos los crímenes
que quedarán ignorados e impunes.
Lloró por la inocencia
de sus amigos de infancia
que se han arrastrado en silencio hacia la noche.
Entonces yo, que soy montaña,
me hice valle.
Él tenía la fe del que gana
y yo me desplacé.
Puedes decirle a su compañera
que yo no le maté.
Pero, vete hasta la cárcel a ver
si no está allí encerrado.
Carcelero,
¿has visto a Manuel?
Manueles veo a montones
pero no conozco más que sus sombras,
sus fantasmas que me han vuelto la espalda.
Todos dicen cosas extrañas,
que los tiempos deberían cambiar.
Soñadores que se habrían conjurado.
Yo escucho sin comprender,
me pagan para no oír nada.
Yo no puedo más que olvidar,
no tengo mano que tender.
Pero, pregúntale a luz,
él la ha estado buscando desde hace tanto...
Luz,
¿has visto a Manuel?
Se me había dejado por muerta
pero brillo mucho más fuerte
porque Manuel me ha realumbrado
al fuego de la libertad.
Nadie podrá someterme.
Y yo cegaré a mis amos
e iluminaré el cielo.
Porque he aquí
que gracias a Manuel
se me empieza a conocer
en Granada y en Teruel.